DESAFÍOS DEL TRABAJO SOCIAL
El
presente escrito se basa en hacer una reflexión de la Ética en el Trabajo
Social como profesión, puesto que esta
se enfrenta a nuevos retos para la práctica de los profesionales debido que hay
diferentes problemáticas que deben asumir de forma responsable, objetiva y
propia de Trabajo Social ya que todos los campos de intervención no son iguales
en su proceso de desarrollo y cada cual marca una dinámica diferente por lo que
tan esencial el rol del profesional en las comunidades e individuos. La
racionalidad e intencionalidad de la praxis, es fundamental porque es necesario
reconocer que el recurso de trabajo es el ser humano, el cual piensa,
interactúa y es sujeto de derecho.
A
medida que el Trabajo Social se fue formando como disciplina este iba enmarcando
su quehacer en una serie particular de
necesidades sociales que se conocían y se vivían en ese momento en las esferas
de la sociedad. Tradicionalmente esta profesión se concibió abordando estas
necesidades de forma inmediata sin atacar causas, solo disminuyendo o
eliminando algunas consecuencias desencadenantes de las desigualdades sociales
y económicas de la época. Por lo tanto este primer abordaje de situaciones fue
quedando pequeño para los rápidos cambios que la sociedad enfrentaba y las
nuevas problemáticas que este traía consigo.
Todos
los cambios sufridos en la sociedad han exigido tanto de la profesión que esta
ha tenido que ampliar su visión sobre las nuevas problemáticas y fenómenos
globales que cada vez más emergen de la dinámica propia de la sociedad para así
poder tener una adecuada comprensión de la realidad y del nuevo rol que la
sociedad nos exige. De hecho han sido todos estos cambios los que han impulsado
el desarrollo de la profesión puesto que por esta se ha construido y
reconstruido el propio conocimiento del Trabajo Social radicado en las
experiencias de campo en contacto real y directo.
Por
otro lado, así como el Trabajo Social se enfrenta a los nuevos retos de la
sociedad también este se adhiere a una ética de la profesión que brinda en la
práctica algunas orientaciones o principios para garantizar la calidad de los
servicios al igual que el código deontológico de la profesión el cual es un
manual que fundamenta en ideales normativos para regular conductas y garantizar
un correcto comportamiento en todos los procesos de intervención.
Para
que esta profesión siga avanzando debe estar al margen de los problemas de
emergen a diario en la sociedad pero de igual forma a los nuevos problemas que
emergen de la misma profesión, los cuales son los principales y mayores
desafíos que tiene el trabajo social. Para que la profesión pueda seguir
avanzando y dando respuestas a situaciones externas primero debe enfrentar sus
situaciones internas a lo que respecta la construcción de una identidad fuerte
y compacta de la profesión la cual se haga propia y marque de forma total el
campo propio del trabajo social. Si como profesión se requiere enfrentar los
desafíos de las nuevas generaciones porque no hacerlo con una identidad fuerte
y definida ante el mundo y ante otras disciplinas.
Además
de ser y tener una identidad definida otro gran desafío es ser un excelente
profesional, hacer las cosas de la mejor manera, donde su integridad sea
coherente con lo que dice y hace. Profesionales que cumplan con sus compromisos
desde una perspectiva intencional, y no obligada por su remuneración, violando
sus principios morales y éticos. Profesionales éticos y apasionados por servir
al otro respetando las diferencias y con capacidad de reconocer al otro con el
valor y dignidad humana que posee.
Como
conclusión se puede inferir que el tema de los desafíos en más amplio de lo que
parce, ya que en la esfera de lo social siempre se está en constante movimiento
y así mismo se mueven las masas y con ellas todo tipo de situaciones o
problemáticas que de allí puedan surgir de estos movimientos. A pesar de todo
lo que pueda suceder en la sociedad y de los desafíos que emergen en ella es
clave que la profesión sigue orientada y comprometida con códigos deontológicos
para asumir el deber y las normas de forma ética, es decir; reflexione sobre el
trabajo desempeñado, en su toma de decisiones, en la realización de sus metas
como sujeto, puesto que el profesional también es persona y busca su
autorrealización.
Es
importante reconocer y tener en cuenta los principios de cada profesional, dado
que cada persona es única, tiene creencias distintas, la edad, su forma de
relacionarse, origen, conocimientos y habilidades son intimas de cada individuo
en donde esto puede influir de manera positiva o negativa en la sociedad, en
cuanto la realización de su trabajo, el profesional tiene la responsabilidad de
orientar y
tener espíritu de servicio hacia el otro.
También
como profesión de las ciencias sociales se es necesario concebir los propios
desafíos de la profesión, sí; esos temas que aún no se les da una respuesta,
apoderarnos de lo nuestro y general una cultura de mejora en los procesos de
intervención para comprensión de nuestro entorno y de nuestro que hacer social contribuyendo
así la construcción de una identidad más activa que permita sostener una
postura ética frente al mundo de hoy.
Por: Ballesteros, Caicedo, Gelvez, Lizcano.
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