lunes, 19 de noviembre de 2018

ÉTICA Y TRABAJO SOCIAL


ÉTICA Y TRABAJO SOCIAL
El trabajo social promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de las personas para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno; es por ello que el presente trabajo busca dar cuenta del tema de la ética profesional y el carácter que determina la actividad profesional.
La conciencia ética es una parte fundamental de la práctica profesional de los trabajadores sociales. Su capacidad y compromiso para actuar éticamente es un aspecto esencial de la calidad del servicio que ofrecen a quienes hacen uso de los servicios sociales; por cuanto algunos autores plantean:
Hernández (1999) y Malagón (2003). Sostienen que la profesión posee una fundamentación ética, en tanto, a través de su acción pretende transformar situaciones “malas” desde el punto de vista moral.
Hernández (1999) afirma que la ciencia, la política y la ética son los tres componentes de la intervención.
Clemente (2000) coincide con los dos anteriores en afirmar, que la ética compone la intervención y que pese a su importancia, pocas veces es tema de reflexiones profundas y cuidadosas por parte de los y las profesionales en ejercicio.
De Robertis (2003) considera la ética como “una rama del conocimiento filosófico que trata de determinar qué conductas humanas conducen al bien individual y social “(2000:13).
Y esto afirma que el Trabajo Social se ha identificado de manera histórica por la normativa moral del “deber ser”, lo cual muestra una ética tradicional que opera con el enlace entre la sociedad y del sujeto. Por tanto es importante dar cuenta que la ética se fusiona a la acción social y en el caso de trabajo social, esta apunta a los relatos de cada individuo.
Estos contextos de complejidad inciden en el objeto y objetivo del trabajo social y hacen preciso la revisión de los contenidos vinculados a sus principios éticos. En base al compromiso social inherente a su trabajo con las personas, el trabajador social tiene el deber de refundir su labor hacia la sociedad en la que está, razón por la cual desde el ámbito universitario se considera necesario asumir la responsabilidad de formar personas competentes para el ejercicio profesional, pero también seres humanos con bases éticas y morales que fundamenten su función social.
Los razonamientos éticos y los debates en torno a la deontología profesional han estado presentes de manera constante en el proceso de desarrollo de esta ciencia y en la actualidad, son reivindicados como una guía que nos orienta sobre lo que está bien y lo que está mal.
Aun así, existe cierto consenso histórico alrededor del comportamiento ético y sobre la base deontológica que sustenta nuestra profesión. Lejos de ser una cuestión de reciente interés para la disciplina, ha tenido como una evolución adherida a los cambios socio-culturales que las sociedades han ido experimentando desde el nacimiento del Trabajo Social como Ciencia. Así, Salcedo (2010) considera que los procesos de ayuda del trabajo social se han hecho muy diversos y ambiguos debido a los cambios en las estructuras sociales y formas de hacer de la profesión.
Como afirma Bermejo (2002), es imposible llegar a respuestas únicas, y al igual que los autores mencionados, coinciden en ubicar la promoción del  bienestar  y la calidad de vida de las personas como  el fin de la profesión que  está comprometida con “el mejoramiento de las relaciones de los individuos  con su entorno social”
A ello podríamos decir que el trabajo social se basa en el respeto al valor y dignidad inherentes a toda persona, y a los derechos que de ello se desprenden. Los trabajadores sociales deben apoyar y defender la integridad y bienestar físico, psicológico, emocional y espiritual de cada persona; por cuanto, tienen la responsabilidad de promover la justicia social, en relación con la sociedad en general, y con las personas con las que trabaja; tal como lo plantean Salcedo (1998), Howe (1997), Malagón (2003), Hernandez (1999), Calder (1997), entre otros.
Los Trabajadores Sociales de todo el mundo debemos reflexionar sobre los retos y dilemas a los que se enfrentan y a basar en la ética sus actuaciones en cada caso concreto. Los principios de Derechos Humanos y Justicia Social son fundamentales para esto.
El Trabajo Social ha tenido una buena acogida, ya que por medio de este se han venido realizando cambios positivos en la sociedad, de la que ha sido necesaria la intervención de Trabajadores Sociales, para tratar las diferentes problemáticas que esta encierra, teniendo como eje fundamental, los derechos humanos y la justicia social.
A esto, parte  los principios de los derechos humanos y la justicia social como bienes que deben ser defendidos y promocionados por los trabajadores y trabajadoras sociales, sin olvidarnos de la dignidad humana como un valor de especial significación para la profesión. Así, entendemos que toda persona por el mero hecho de serlo, tiene un valor único que debemos proteger, haciéndole digno de respeto desde su individualidad, como un ser distinto a los demás, con propias y particulares motivaciones, necesidades y anhelos.
Esta idea fundamenta el porqué de la ética en trabajo social desde la referencia a los Derechos Humanos, entendiendo que la acción profesional acepta a la persona como sujeto ético de dignidad y de derechos universales, y mantiene entre sus funciones básicas acompañar al individuo en procesos de empoderamiento basados en sus capacidades y fortalezas, orientados a facilitar el acceso a sus propios recursos y con el fin de remover los obstáculos que se interponen a los mismos.
Es importante por tanto, que entendamos y defendamos un Trabajo Social comprometido con el ciudadano, que tiene responsabilidad con las personas que por diferentes circunstancias no pueden salir adelante por sí mismas, otorgándose de esta manera una cualidad de profesión con una clara base de responsabilidad social. (Salcedo, 2010) En su ejercicio profesional los fundamentos de su ética son por tanto, el respeto al valor y dignidad de toda persona y los derechos que de aquí se desprenden, orientados siempre al desarrollo de acciones de prevención y defensa frente a las situaciones de injusticia.
El término ética, hace referencia al estudio de la moral, por medio de reglas y/o normas de conductas. El trabajo Social ha venido construyendo su ética profesional, con la aportación de diferentes individuos comprometidos en su entorno, teniendo como eje central al ser humano, teniendo en cuenta su dignidad y los derechos que tenemos como humanos. Hoy día es necesario conocer los principios éticos de nuestra profesión, tenerlos en cuenta y ponerlos en práctica en nuestro quehacer profesional.
Y es que el trabajador social muchas veces se enfrenta a la valoración de situaciones no conocidas anteriormente por él o por la profesión, los cuales deben valorarse profundamente para modelar una actuación ética concreta. Un ejemplo reciente de ello son los embarazos "no deseados". En este caso, debe el trabajador social comprometer su imagen y participación? La respuesta en este momento es difícil de exteriorizar por lo novedoso del fenómeno social, pero sí es claro que proporciona un amplio espacio de realidad para la reflexión y determinación de la actuación ética del profesional.
Una ayuda valiosa en el quehacer práctico la proporcionan los Códigos de ética gremiales en Trabajo Social. Estos incorporan valores y principios para una adecuada actuación moral; y ayudan a resolver muchos de los problemas que ofrece la práctica en lo profesional, lo personal, lo institucional, y en las diferentes situaciones que se afrontan respecto a los servicios sociales prestados
Aun que no siempre los profesionales saben cómo actuar en estos casos ni tampoco las instituciones disponen de prácticas y procedimientos apropiados para resolver problemas éticos.
En Colombia es inevitable que las trabajadoras y trabajadores sociales hagamos reflexión sobre todos los asuntos relacionados con la ética personal y profesional. En un país como el nuestro en el que la corrupción es la orden del día, hay que revisar si en nuestro desempeño profesional podríamos dejarnos arropar por el espectro de la conducta anti ética. La violación ética en el quehacer profesional se presenta en muchos escenarios como una práctica cotidiana.
Las noticias que escuchamos o leemos con relación a las acciones de los directivos del país son un ejemplo de lo planteado. Políticos, jefes de agencias, legisladores, maestros, jueces, médicos, abogados, contadores públicos y hasta líderes religiosos, entre algunos profesionales que podemos mencionar, se han visto involucrados en asuntos donde ocurrieron serias violaciones a la ética profesional; ya que han estado involucradas en actos delictivos o de corrupción, proyectando una imagen que está lejos de ser digna de mostrar.
En Colombia los trabajadores sociales no estamos exentos de actuaciones no éticas. Por el contrario, estas quejas no siempre se atienden como es debido, y peor aún, al quedar atrapadas entre “asuntos pendientes”, se pierde la oportunidad para que se conviertan en instrumentos de aprendizaje y acciones correctivas que tenemos que implantar para prevenir acciones similares por desconocimiento u omisión.

ELABORADO POR: CAROLINA AGÁMEZ, JAIME ROJAS, LAURA IRIARTE, JORGE BUENO, WILMAR TAMARA 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dilemas éticos

DILEMA ÉTICO DEL QUE HACER PROFESIONAL Toma de decisiones Sin lugar a dudas, las prácticas profesionales de todas las disciplinas hac...