lunes, 19 de noviembre de 2018

RETOS O DESAFÍOS ÉTICOS DEL TRABAJO SOCIAL



RETOS O DESAFÍOS ÉTICOS DEL TRABAJO SOCIAL

Desde el surgimiento del trabajo social como disciplina se ha tratado de evolucionar en la medida en que la sociedad también lo hace, pues el trabajo social debe ajustarse a las necesidades y problemáticas de la población con la cual interviene.
Siempre que se habla del tema ético, es una conversación que se pone sobre la mesa y que solo se habla desde el punto de vista normativo, es decir lo que se debe hacer, pero la ética va más allá de estar pensando siempre en lo que debemos hacer o lo que tenemos que hacer para satisfacer las necesidades de una población en materia de intervención social.
Debemos tener presente que el Trabajador Social ejerce en la sociedad la función de guía, ya que ayuda a la comunidad a establecer y encontrar medios para conseguir sus propios fines, donde se pueda expresar sus puntos de vista, pero nunca llegando a imponerlos, implicando un acercamiento en la comunidad para estimular el sentido de necesidad y tratar de mejorar la calidad de vida de las personas.
De Robertis hace un llamado a  entender el papel de la profesión en la actualidad a través de dos imperativos éticos fundamentales: la vigilancia –para evitar el abuso de las competencias profesionales y la reflexión sobre la intervención y los nuevos elementos que emergen en el escenario social actual” como son: “la informatización de la acción social, (…) los derechos humanos (…) y la violencia contra los Trabajadores Sociales”; pero esto hace inevitable que las trabajadoras y trabajadores sociales hagamos reflexión sobre todos los asuntos relacionados con la ética personal y profesional ya que en la parte laboral dependemos de la institucionalidad, la cual maneja una moral no acorde al entorno social; por que en Colombia es inevitable que las trabajadoras y trabajadores sociales hagamos reflexión sobre todos los asuntos relacionados con la ética personal y profesional. En un país como el nuestro en el que la corrupción es la orden del día, hay que revisar si en nuestro desempeño profesional podríamos dejarnos arropar por el espectro de la conducta anti ética.
Y aunque se plantee el surgimiento de nuevos escenarios y actores sociales, para trabajar, dada la situación actual que vive el país – conflicto armado interno, desplazamiento, insatisfacción de las necesidades básicas de buena parte de la población, entre otros- cuestiona la manera cómo la profesión se aproxima e interviene la realidad social y cómo construye discursos y prácticas que pueden tornarse inclusivas en términos deseables,  o excluyentes en el peor de los casos;  y en un país como el nuestro el campo de intervención del conflicto armado es lo que aflora en el entorno social; y es aquí donde el trabajador social debe identificar el nivel de afectación de las víctimas – teniendo en cuenta que el conflicto armado en Colombia es un enfrentamiento de prolongada permanencia en el país-, teniendo en cuenta que la población que ha vivido las consecuencias del conflicto, ha sufrido la desestructuración de la vida tal y como la conocía, durante el conflicto ha sido testigo de hostigamientos, enfrentamiento bélico, ha perdido familiares, por lo tanto vive en la total incertidumbre respecto a su futuro y su principal prioridad es la supervivencia y el reconocimiento de su situación.
Y es que debemos no olvidar que el Trabajo Social, desde sus orígenes, ha estado vinculado a la gestión del conflicto. Sin embargo, la actualidad social atribuye mayor protagonismo a las situaciones conflictivas, para las que ciertamente son necesarios nuevos instrumentos de análisis y técnicas para su tratado.
En la actualidad como profesional social, estamos llamado a interceder entre el Estado y los afectados, teniendo en cuenta la ley de víctimas y restitución de tierras, debe contribuir con la elaboración de proyectos colectivos, a intervenir en los procesos de recuperación psicológica y emocional, a asesorar y orientar a aquellas personas que así lo requieran para realizar las gestiones y trámites pertinentes para que pueda beneficiarse de las medidas dadas por el gobierno; a su vez, el trabajador social debe acompañar a las víctimas en su proceso de duelo, mediante el seguimiento ya sea individual o colectivo para que puedan recuperarse de sus daños psico-sociales teniendo en cuenta que debe promover el bienestar de la misma y de esta manera poder prevenir los factores de riesgo detectados y reforzar los factores protectores que se logren identificar
Pero la recuperación de daños psico-sociales no solo es del posconflicto en nuestro territorio; este también va ligado al tema de identidad de género en la educación de menores, ya que las consecuencias de violencia que esto emerge en los niños abarcan el plano psicológico y físico, pero tampoco debemos olvidar que también perjudica a la sociedad en general, en el sentido de que fomenta las conductas violentas y la perpetuación de la estigmatización social.
Aunque las ciencias sociales no están sólo para el diagnóstico de la situación, sino más bien -y fundamentalmente- se han generado como verdaderos motores del cambio en la sociedad; por un lado la educación, de la cual sus reformas no han dado con los aciertos esperados y, por otro, particularmente, el “reposicionamiento de los valores” como ejes centrales de la socialización, los estereotipos de género determinan la vida de los niños y las niñas, marcando aspectos aparentemente inofensivos, pero tan cruciales como sus formas de pensar, de actuar, de hablar y  de relacionarse.
Una educación que transmite los estereotipos de género es una educación incompleta e imparcial, que conlleva un desarrollo a medias de las personas, ya que potencia determinados atributos en cada uno de los sexos y priva el desarrollo de otras cualidades en base al género del individuo; y es acá donde el rol del trabajador social debe ser fundamental como mediador ante una sociedad fundamentada en los estereotipos y marginación social.

Según la lectura ética y trabajo social de Jorge Fernández se habla de tres componentes que integran los desafíos éticos profesionales en nuestros días, el primero de ellos es la perspectiva de los fines que se refiere a los objetivos que debemos alcanzar como profesionales y la importancia de nuestra labor en pleno siglo XXI; el segundo habla de la perspectiva deontológica, esta se refiere al análisis del deber, de la norma, y de los imperativos, esto toma en cuenta los códigos profesionales y el deber ser; y la tercera es la perspectiva practica que toma en consideración potenciar las capacidades del usuario y remover los obstáculos sociales que le impiden a este tener una buena relación social.
Respecto a la perspectiva de los fines, se trata de realizar una reflexión acerca de nuestro verdadero rol en la sociedad tanto desde lo ético como desde lo moral, si las acciones que realizo son las adecuadas y si le hace bien mi trabajo al individuo o comunidad que este interviniendo, lo más importante es si verdaderamente estoy logrando empoderar al sujeto para que él se haga cargo de los procesos sociales de su comunidad desde la perspectiva social con un sentido ético firme que permita la permanencia del trabajo.
Por otra parte, la perspectiva deontológica se plantea unos principios en el año de 1976 que son:
1.    Todo ser humano posee un valor único, con independencia de su origen, edad, creencias, etnia, condición socioeconómica o de su contribución a la sociedad.
2.    Todo individuo tiene derecho a realizar su potencial, siempre que no perjudique los derechos de los demás.
3.    Toda sociedad cualquiera que sea, debe funcionar con miras a proporcionar el máximo de beneficio a la totalidad de sus miembros
4.    El trabajador social profesional tiene la responsabilidad de encauzar sus conocimientos y capacidades hacia la ayuda de individuos, grupos, comunidades y sociedades en el desarrollo de sus posibilidades y la resolución de conflictos humanos sociales y sus consecuencias.
5.    El trabajador social profesional tiene como obligación suprema el servicio hacia los demás, lo cual debe primar sobre cualquier otro interés o ideología particular.
Cada uno de los principios está pensado en el hacer profesional y en lo que debemos tener en cuenta a la hora de realizar intervención, teniendo en cuenta que cada una de las partes es importante dentro del proceso, no solamente porque son el centro de la intervención sino porque sus conocimientos también son importantes para darle definición a aquellos aspectos propios que lo identifican y lo más importante que el mismo sujeto o comunidad este convencido de mejorar su realidad, así como de empoderarse para la consecución de su bienestar.
Desde la perspectiva práctica lo que se busca es la fusión de las dos etapas anteriores, la perspectiva de los fines y la deontológica que son las que componen esta parte, pues es la aplicación de todos los principios, así como el desarrollo de los objetivos dentro de la profesión, tratando de realizar lo mejor posible procesos que verdaderamente generen empoderamiento de las comunidades para que cuando el ciclo del trabajador social culmine estas lleven a cabo sus propios procesos.
Son muchas las reflexiones que quedan respecto a los desafíos, teniendo en cuenta que el contexto colombiano, no es el más ético, debido a que la corrupción tiene mucho control sobre los procesos que se realizan, sin embargo, el trabajo de los profesionales del área social aun con los miles de obstáculos que se puedan presentar siempre está ahí, generando procesos de apoyo a las comunidades, teniendo en cuenta que las cosas se deben conseguir con su propio esfuerzo y trabajo en equipo, resaltando la labor y gestión de los líderes pero apoyándolos en el proceso porque son los que quedan a cargo cuando el profesional ya no esté.
Otra reflexión es la capacidad que tiene la juventud para movilizarse, pues en estos momentos se está convirtiendo en una de las poblaciones más activas, los colectivos sociales de jóvenes en la lucha por los derechos y la igualdad, así como la construcción de conocimiento y proyectos que promueven la participación de todos en el debate sobre la construcción de un pueblo que está en la constante búsqueda de la igualdad, tranquilidad y felicidad en su territorio.
Lo que nos queda como profesionales es estar en constante actualización de los procesos sociales generados en el mundo porque no solamente es lo que vemos a nuestro alrededor sino también lo que en otras partes se hace desde la construcción social del pueblo, así como los desafíos éticos están en la aplicación de nuestro conocimiento de manera que todos se beneficien del conocimiento profesional como de los saberes de la comunidad, muchas de las recompensas que tenemos en la actualidad son el resultado de luchas llevadas a cabo por los derechos y la igualdad. Desde la ética es importante estar en constante replanteamiento de nuestro quehacer en el mundo porque la sociedad está evolucionando de manera muy rapida y en efecto la dinámica social de los procesos llevados a cabo en las comunidades.
Los desafíos de la ética los encontramos todos los días en nuestro entorno, no solamente por la definición de lo bueno y de lo malo sino de lo que verdaderamente estoy haciendo con mi trabajo y que sigo haciendo para ir evolucionando en mi pensamiento profesional y ético, la ética y el trabajo social no solamente buscan llevar a cabo procesos por obligación sino porque es importante que las comunidades y las personas en el mundo sean felices, el fin último de todo lo que se hace es la felicidad y la consecución del bienestar social, de las buenas relaciones, de la paz, del cuidado del medio ambiente, del compromiso que tenemos con nuestra vida, de la educación y del desarrollo en todos los aspectos que nos conforman como ciudadanos y como personas.
En la  actualidad el Trabajador Social tiene que enfrentarse a retos y desafíos  por cuanto debe ser una persona con compromiso social  y  fundamentos de justicia donde exista equidad, igualdad y libertad  con los seres humanos sin discriminación alguna,  porque el profesional de esta área  es un agente de cambio y una persona con vocación de servir a la sociedad por lo tanto es necesario  que reconozca su entorno y a su vez sumergirse en  la realidad social en que vivimos y saber  intervenir en las diferentes áreas del trabajo social, teniendo una visión de lo que se pretende alcanzar. Otro de los retos y desafíos es   la incorporación de los avances tecnológicos y el desarrollo científico en sus diversas expresiones, su capacidad de incidir en el desarrollo humano, así como acciones sobre lo social a largo, corto y mediano plazo, constituye otro de los desafíos a los que el Trabajo Social debe responder, de igual forma también la renovación del sistema de gestión pública constituye otro desafío que cada vez  demandará del Trabajo Social como profesión y de los profesionales como colectivo social, nuevas formas de actuación en la generación de la política pública y en la administración de los servicios sociales.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Colombia, Congreso Nacional (2011), Ley 1448 “Por la cual se expide la Ley de víctimas y de restitución de tierras”
Prada, Nancy & Poveda, Natalia (2012). Procedimientos de atención, asistencia y reparación integral para las víctimas del conflicto armado, Bogotá, Ediciones Ántropos Ltda
Derechos de la infancia • Igualdad • La desigualdad de género comienza en la infancia La desigualdad de género comienza en la infancia Manual teórico-metodológico para transversalizar la perspectiva de género en la programación con enfoque sobre derechos de la infancia.
Jorge Fernández. Ética y Trabajo social, Universidad del pacífico.

ELABORADO POR: CAROLINA AGÁMEZ, JAIME ROJAS, LAURA IRIARTE, JORGE BUENO, WILMAR TAMARA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dilemas éticos

DILEMA ÉTICO DEL QUE HACER PROFESIONAL Toma de decisiones Sin lugar a dudas, las prácticas profesionales de todas las disciplinas hac...