Un escrito con base en los dilemas éticos de los profesionales en Trabajo Social
Desde el instante de inicio al ciclo profesional puede ser catalogado como un momento determinante a nivel personal, de este no se tiene certeza total sobre los retos que se aproximan. Durante algunos años hubo una formación que implico la adquisición de conocimientos teóricos y experiencias narradas por formadores que desde su vivencia hacen un acercamiento a lo que representa, y así obtener un panorama un poco mas real de la etapa que pronto va llegando. Desde estas experiencias previas se iba formando una perspectiva en relación con el momento determinante que se debe afrontar de manera inevitable.
Es importante destacar el rol del trabajador social frente a los distintos retos a los cuales se enfrenta día a día, uno de ellos son los dilemas, entendiéndolo como una situación problemática en la que se presenta un conflicto de valores, ya que el problema moral que expone tiene varias soluciones que entran en disputa unas con otras. Este tipo de conflictos exigen o más bien nos obligan a buscar una pronta solución a partir de varias alternativas, que por lo tanto no quiere decir que una de ellas sea la adecuada o aceptable para todos los casos, sin embargo, las circunstancias de la vida nos obligan a adaptarnos y a tener responsabilidad sobre ello.
La realidad afrontada por un profesional en trabajo social no siempre será la deseada o anhelada, existirán innumerables situaciones a las cuales no se les podrá dar respuesta de forma idónea por más que se intente, aquí juega un papel fundamental; qué tan profesional puede llegar a ser este sujeto, quien ha dejado de lado sus prejuicios, para dar frente a un problema que lo ha puesto en una situación algo incomoda o de difícil solución. Acerca de las decisiones a tomar, está la posibilidad del profesional que no posee el suficiente criterio para decidir como proceder, y cae en el error de dar respuesta de forma rápida sin medir las consecuencias.
Esto sucede por los vacíos creados durante la formación académica, dando cabida a que se formen dudas y al momento de enfrentar el problema no se cuente con las herramientas necesarias para abordarlo. A partir de esas falencias se puede evidenciar como hay profesionales desde las diferentes ramas que hacen a un lado los principios y criterios de la formación, a los que quizá no les importara actuar de forma inapropiada, sin medir las consecuencias de sus acciones.
El trabajo social es una disciplina en la que el profesional se ve involucrado desde distintas áreas o campos de acción, esto implica que en su quehacer se enfrente a distintos retos y dilemas éticos. Un ejemplo claro que se puede abordar desde el área organizacional es el siguiente: Una profesional de Trabajo Social que desempeña su labor en una empresa de hidrocarburos, se le presenta una circunstancia en la que debe dirigirse a la comunidad rural aledaña para darles a conocer sobre un nuevo proyecto que se está llevando a cabo, este consiste en la perforación de pozos y dicho proyecto tendrá como consecuencia la afectación de uno de los servicios públicos del cual se beneficia gran parte de esta comunidad. La profesional desde sus tareas asignadas por la empresa, deberá hacerle entender de forma positiva a la comunidad tal situación, sin embargo, es sabido por esta que lo que sucederá no tiene ningún grado de positividad y por el contrario afectará en gran medida las actividades y las dinámicas que cotidianamente llevan a cabo los pobladores. La profesional se encontrará entre cumplir a cabalidad con su tarea como empleada de la empresa o en brindarle a la comunidad las herramientas necesarias para que busquen alternativas de solución encaminadas hacia la conservación del estado óptimo del medio ambiente y sus servicios básicos.
Siempre en las decisiones tomadas por los profesionales existen dos formas y dos caminos hacia los cuales puede dirigirse, uno es el hacer lo correcto y otro es hacer el bien. No en todos los casos lo correcto necesariamente es lo bueno y viceversa. Generalmente los seres humanos asumen el bien desde la percepción propia construida por factores de crianza y experiencias personales, el bien es relativo y depende de muchos aspectos, pero lo correcto no, lo deontológico y lo correcto se encuentran enmarcados en códigos, normas, leyes y estructuras políticas y legales que se encargan de garantizar y velar por el funcionamiento unidireccional de las dinámicas dentro de una sociedad.
Los profesionales en Trabajo Social y de todas las profesiones en general, desde la academia se encuentran expuestos a diferentes tipos de dilemas éticos, sobre todo cuando empiezan a cuestionarse sobre su verdadero rol en el campo de acción, sobre su quehacer y sobre los principios adquiridos antes y durante su carrera. ¿Esta bien pensar como pienso? ¿Pueden interferir mis pensamientos y mis ideales en mis intervenciones profesionales? ¿Lo que soy afectará mi entorno positiva o negativamente? ¿Seré un buen profesional? ¿Tomaré las decisiones correctas? ¿Tomaré buenas decisiones?... Las interrogantes no se hacen esperar, el cuestionarse sobre el devenir propio y de quienes le rodean es natural y necesario para encaminarse hacia la consolidación de una ética con criterio y fundamentación.
Un estudiante de Trabajo Social próximo a pisar el terreno real por sus prácticas académicas obligatorias, se enfrenta a cuestionamientos como los anteriores y a un reto particular de esta situación, y es el que le exige adaptarse a las dinámicas y estrategias establecidas en el campo de acción con el cual decida realizar su ejercicio. Siempre existirá un “hacer de las cosas” al que el profesional deberá adaptarse y poco a poco dependiendo de la apertura de oportunidades podrá ir aportando cambios significativos y positivos de acuerdo a su forma de observación e intervención sobre la realidad.
Las organizaciones e instituciones de índole publica o gubernamental, generalmente se encuentran abiertas a las propuestas que deseen implementar los profesionales o practicantes siempre y cuando estas no “entorpezcan” los procesos establecidos y los intereses personales de quienes utilizan la política como medio para conseguir lo que desean. Es en estos casos en los que más comprometida se ve la ética de los profesionales, cuando su quehacer se ve enfrentado al deseo específico de determinado ente con más poder o con más dominio sobre asuntos particulares.
¿Es deber del profesional cumplir con los requerimientos de dudosa índole de un proceso enmascarado por los intereses políticos, económicos o personales de un ente o individuo? Esta discusión siempre tendrá lugar cuando de ética y el deber ser reflexivo de las cosas se habla, es que no es fácil determinar lo bueno de lo malo como si lo es en el caso de lo correcto y lo incorrecto, pero este enfrentamiento y esta lucha de ideas sobre lo que debería ser y lo que es, siempre hará parte del ser humano en esencia, fue precisamente de allí de donde nacieron las estructuras legales y las normas que hoy día nos hacen cuestionarnos, de ese ejercicio reflexivo es de donde nacen las ideas especificas e idóneas de lo que debe hacerse en cada situación.
Elaborado por: Kerin Johana Romero Peña - Aida Vergara Amaya
Ana Maria Rodriguez Barrera - Sharon Dayana Morales Meneses
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