martes, 20 de noviembre de 2018

Fabula: Historias salvajes “De la Selva y otros Cuentos.”


Un día normal en la selva, al salir el sol se levanta la rana Titi con toda la disposición de realizar
su rutina de ejercicios diarios, ella era muy juiciosa y rigurosa con esto, tanto así, que lloviera
tronara o relampagueara encontraba la manera de hacerlos, hasta que un día de la nada un
estruendo muy fuerte llamó su atención, fue este tan, pero tan fuerte que detuvo su rutina de
ejercicios y asomó su mirada por en medio de los arbustos que rodeaban su charca, y lo que vio
la dejó muy asombrada.
C:\Users\user\Downloads\la rana titi.jpgDel otro lado del charco en el que vivía la rana Titi, dormían plácidamente la osa Ceci y la
Guacamaya Magola, éstas eran muy amigas, pasaban los días enteros hablando sobre los demás
animales de la selva y haciendo bromas. Les encantaba reírse a carcajadas de la cara de sorpresa
y los sustos que hacían pasar a sus conocidos, estas no eran muy queridas por los demás animales,
de hecho, la rana Titi sentía una profunda rabia por ellas, ya que había sido en repetidas ocasiones
el objeto de burla de las dos charlatanas.
La osa Ceci al despertarse iniciaba su ritual diario de esencias naturales y preparación de café,
al finalizar se encargaba de despertar jocosamente a su compañera y pasaban el día entero dedicadas
a lo suyo, hasta que un día escucharon un ruido que les hizo temblar hasta los huesos, la guacamaya
Magola no dudó un segundo en alzar vuelo y elevarse hasta lo más alto de las popas de los arboles
dejando desahuciada a la gran osa Ceci, que corría desesperadamente buscando un escondedero que
le permitiera algunos segundos de tranquilidad, sin embargo no lo encontró, solo pudo hallar a la
rana Titi que llegó sorpresivamente a solicitar su apoyo. La rana Titi muy asustada y desesperada,
trataba de explicarle a la osa Ceci lo que sus ojos habían presenciado, pero esta no lograba comprenderle. C:\Users\user\Downloads\oso de anteojos.wix_mp_1024
Mientras tanto, en lo alto sobrevolaba la Guacamaya Magola, buscando sin éxito hallar de donde había
provenido semejante estruendo, por el contrario solo podía observar el caos desatado en la selva, animales
de todas las clases corrían de un lado a otro buscando refugio, lo que la hizo caer en cuenta de su amiga
Ceci, a quien había abandonado si pensarlo un solo segundo; de inmediato inició el descenso en busca
de su desahuciada amiga a quién encontró dialogando con la rana Titi y de inmediato sintió en su pecho
el dolor de una profunda traición.
¿¡Qué hacía su mejor y más íntima amiga hablando con la rana que se encargaba de destilar veneno
continuamente en contra de ellas!? *Suspiró profundamente* Fue entonces cuando sacó de sí toda su
fuerza y arremetió en contra de la rana.
-¡ERES UNA ARPÍA! ¿Ahora me quitarás a mi mejor amiga? ¿Fuiste tú la que ocasionó
semejante estruendo para jugarnos una mala pasada? – A lo que la rana contestó:
-¡No! Espera, déjame explicarte, se trata de algo completamente distinto, yo también escuché aquel
estruendo y por ello acudí a ustedes, pero no sabía que no estabas aquí. Vi una enorme lombriz color
marrón arrastrarse por entre los arbustos de mi charca, tenía unos ojos muy amenazantes y su andar
denotaba intenciones extremadamente oscuras. Necesitamos encontrar la manera de salvarnos o acabar
con ella,
- Yo las sigo odiando, pero no puedo hacerlo sola, tenemos que unirnos
– La Osa Ceci entendió de pronto de lo que se trataba y exclamó:C:\Users\user\Downloads\anaconda nana.jpgEres una tonta por lo que dices, eso no era una gran lombriz, ¡ERA UNA ANACONDA!
*Una expresión de asombro se escuchó al unísono proviniendo de Titi y Magola*
Era momento de actuar, necesitaban tomar medidas sobre el asunto, duraron un par de horas pensando
entre los nervios y el asusto como acabar con aquella monstruosidad, mientras continuamente sonaban
ruidosos estruendos que las hacían estremecerse, hasta que de pronto una idea surgió en la mente de la
osa Ceci…
-¡Llamemos al León Bruno! Él nos ayudará a acabar con ella, lo imagino con sus enormes sauces
arrancándole hasta la última de sus malas intenciones.
*Todas estuvieron de acuerdo* Era una estrategia de esas que no dejan la menor duda de su éxito.
Rápidamente se apuraron a llamar al León y proponerle su plan, quién manifestó estar completamente
dispuesto a solucionar el problema, ya que lo tenía desesperado aquel ruido constante y los gritos de
los demás animales, por lo que exclamó…
- ¡Vamos a acabar con ese animal!
El León tomó toda su fuerza y la concentró en encontrar a la gigantesca anaconda, lo que no le costó
mucho, ya que la encontró reposando triste y decaída sobre un charco *Sonaba de fondo
“Sola con mi soledad” * El León, pausó inmediatamente su veloz andar y se preguntó por un momento
hacia sus adentros ¿Será tan peligrosa como la describen?
Definitivamente no lo era. Al acercarse lentamente hacia ella, logró vislumbrar el motivo de los fuertes
sonidos emitidos continuamente, la pobre anaconda tenía en sus encías una enorme espiga de madera
enterrada y no podía detener sus quejidos, fue entonces cuando el León decidió actuar.
Corrió en su dirección y le quitó de un solo salto la espiga que tanto la atormentaba, sin mencionarle
una sola palabra, la anaconda emitió un fuerte alarido, pero de inmediato su dolor cesó y la tranquilidad
reinó.
El León al reponerse de su caída, pudo concluir: C:\Users\user\Downloads\leon bruno.jpgLo que decía mi abuelita es verídico y lo pude comprobar, las apariencias engañan…

Moraleja:
La toma de decisiones con base en emociones momentáneas tiene una consecuencia directa
sobre la moral, ya que no se tiene una percepción completa de todas las posibilidades positivas
y negativas. Fue el caso exacto de la idea de Ceci, Titi y Magola al arremeter sin pensar sobre
la anaconda y no darse previamente la posibilidad de contemplar que podía tratarse de un caso
distinto al que ellas percibían.

Personajes:
  • La Rana Titi
  • La Guacamaya Magola 
  • La osa de anteojos Ceci
  • La anaconda Nana
  • El León Bruno

Elaborado por: Kerin Johana Romero Peña - Aida Vergara Amaya
Ana Maria Rodriguez Barrera - Sharon Dayana Morales Meneses

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