martes, 20 de noviembre de 2018

Dilemas éticos

DILEMA ÉTICO DEL QUE HACER PROFESIONAL
Toma de decisiones

Sin lugar a dudas, las prácticas profesionales de todas las disciplinas hacen parte de esa experiencia real que deja un poco de lado los contenidos teóricos tomados del proceso de formación para empezar a girar en torno a las condiciones que se le presenten. En este sentido una de las principales situaciones que deben enfrentar y afrontan los profesionales, en este caso los Trabajadores Sociales, es al hecho de querer cumplir sus expectativas o metas planteadas en su formación y encontrarse con objetivos y fines impuestos por un sistema externo que obedecen a otro tipo de misiones. En los campos de acción, existen contradicciones con respecto a lo que durante cinco años se ha enseñado, es decir, se tiende a encontrar una realidad no tan parecida a la pintada y es allí donde los profesionales deben asumir decisiones críticas y reflexivas sobre su desempeño profesional.
Es por ello que en esta y otras profesiones siempre habrá un momento que encierre un dilema ético en donde a pesar del conocimiento deberá revisar su qué hacer profesional para que a partir de este construya un compromiso real consigo mismo y con su servicio, no limitándose a unas tareas asignadas sino promoviendo un estado de tolerancia entre lo que se quiere hacer y lo que se debe hacer.
Las decisiones de un trabajador social, son determinantes, ya que es un reto o desafío complejo, puesto que en la realidad a diario enfrentamos situaciones o acciones delicadas donde hay que asumir o enfrentar las responsabilidades, por esto la ética del profesional es importante, porque le permite dirección de manera objetiva a la forma de realizar su labor, puesto que la intencionalidad con la que ejecute las tareas o sus trabajos traerá resultados positivos o negativos en la comunidad o empresa donde ejerce su rol.
Un caso muy complejo y real es cuando el profesional de trabajo social es contratado por una empresa de salud. Y debe cumplir con las obligaciones del contrato. La decisión a enfrentar es de una mujer enferma de cáncer, no tiene servicios médicos, para hacer atendida. Además, es desplazada por el conflicto armado. Y el centro de salud informa que no puede ser atendida porque no se encuentra registrada en el sistema de salud. Además, debe retirarse porque hay muchos pacientes por atención. ¿Qué debería hacer el trabajador social?
En el caso anterior su proceder es determinante puesto que debe decidir si esta de lado de la entidad de salud o los derechos de la paciente. A diario surgen situaciones difíciles que como profesionales deben asumir  de forma informada o razonada, en el momento oportuno, fundamental para crecer personal.
Los dilemas éticos están en todas  las profesiones, en todos los trabajos, pero  ¿cómo se debe afrontar estas situaciones? Es ahí donde surge la duda de cómo darle el manejo adecuado a las  situaciones, esta problemática es muy frecuente,  porque los profesionales dejan a un lado la  ética, actuando por convicciones propias que en ocasiones estas acciones  no terminan bien.
Hablar de dilemas éticos tiene un sin fin de  eventos  pero este escrito  nos vamos a enfocar en el dilema ético que se denomina la toma acertada  de decisiones desde el trabajo social, los profesionales en trabajo social se forman como veladores de los derechos humanos agentes de cambio al servicio de la comunidad y de quienes lo requieran, adicional a esto Los  trabajadores  sociales  tiene  su manual de  funcionamiento que es el código  deontológico  del trabajo social  que   debe cumplirse,  bajo  juramento.
Pero no obstante todo esto no  garantiza de que ellos no estén exceptos de que se encuentren en situaciones comprometidos en tomar algunas decisiones que vallan en contra de sus principios  como suele pasar en casi todas las profesiones es allí donde se mira la calidad de profesional que se ha formado,  muchos de los profesionales y líderes empíricos que de una u otra forma prestan un servicio a la comunidad  se ven inmersos en situaciones de esta talla y que toman decisiones en contra de sus principios y de su ética como persona por miedo  de ser desvinculados  del trabajo.
Por lo tanto, es necesario que los profesionales en trabajo social se formen de manera idónea con el fin de no tener dilemas en su actuar y garanticen el cumplimiento de su deber con los conocimientos adquiridos.
Donde  los valores, principios y normas que han de guiar el ejercicio profesional del conjunto de profesionales del trabajo social.
Por eso para los trabajadores sociales es reto continuo los dilemas éticos en su práctica profesional diaria, por lo que se les hace necesario tener conocimientos éticos que nos ayuden en la intervención con las personas que manejaremos en el campo laboral donde nos desempeñaremos.
 En la toma de decisión ante un dilema ético, es necesario tener en cuenta los elementos que están implicados, es decir, los hechos acontecidos, las normas, los principios y valores que entran en juego, además de las consecuencias que puede originar una u otra decisión. Todo ello, sumado a la presión temporal y organizativa que existe para tomar la decisión en la intervención social.
 Como complemento, hay que tener en cuenta que para la resolución de dilemas éticos la condición de proceder de la entidad donde se desempeñara el trabajador social en el ejercicio profesional, ya que los valores y creencias que diferencian lo correcto de lo incorrecto en una organización pueden ser distintos en otra.

Por este motivo los trabajadores deben pensar con claridad el momento que toma una decisión definitiva acerca de la problemática que se le esté presentando en su quehacer profesional, es de gran importancia evaluar cada una de las situaciones presentadas para así tomar la decisión. Pero en algunas ocasiones así se tengan en cuentas las situaciones por las cuales se presentó dicha problemática algunos trabajadores sociales deben tomar decisiones que no ayudan a solucionar la problemáticas sociales presentadas y es ahí donde juegan los dilemas éticos que se tiene como profesionales que no se pueden llegar a cumplir esos propósitos que se hace como profesionales para desarrolla una buena labor en su quehacer profesional.





Por: Ballesteros, Caicedo, Gelvez, Lizcano.

LOS DESAFÍOS DE LA ÉTICA

LOS DESAFÍOS DE LA ÉTICA

El presente escrito se basa en hacer una reflexión entre la ética y el trabajo social    como profesión, puesto que son nuevos retos para la práctica de los profesionales debido que hay diferentes problemáticas que deben enfrentar o asumir de forma responsable y objetiva. Ya que todos los campos de intervención no son iguales en su proceso de desarrollo, pues cada cual marca una dinámica diferente. Por ello están esencial el rol del profesional en las comunidades e individuos. La racionalidad e intencionalidad con el que hacer de la praxis, es fundamental porque es necesario conocer que el recurso de trabajo es el ser humano, el cual piensa, interactúa y es sujeto de derecho.
Además, los profesionales asumen un compromiso de códigos deontológicos para asumir el deber y las normas de forma ética, es decir; reflexione sobre el trabajo desempeñado, en su toma de decisiones, en la realización de sus metas como sujeto, puesto que el profesional también es persona y quiere autorrealizarse. Como dice según Maslow lograr al máximo las necesidades humanas, su potencial, aceptación de sí mismo, fortalecer su espiritualidad, establecer buenas relaciones interpersonales y lograr la felicidad como individuo.
Un desafío es hacer las cosas de la mejor manera, donde su integridad sea honorable con lo que dice y hace. Cumpliendo con sus compromisos desde una perspectiva intencional, y no obligada o sumisa por su remuneración, violando sus principios morales y éticos.
Es importante los principios de cada profesional, dado que cada persona es única, tiene creencias distintas, la edad, su forma de relacionarse, origen, conocimientos y habilidades son intimas de cada individuo en done esto puede influir de manera positiva o negativa en la sociedad, en cuanto la realización de su trabajo en la praxis, el profesional tiene la responsabilidad de orientar y tener espíritu de servicio, hacia el otro.

 El trabajo social como disciplina de la intervención social parte de los principios de los derechos humanos y la justicia social. En su ejercicio profesional los fundamentos de su ética son por tanto, el respeto al valor y dignidad de toda persona y los derechos que de aquí se desprenden, orientados siempre al desarrollo de acciones de prevención y defensa frente a las situaciones de injusticia. En base al compromiso social inherente a su trabajo con las personas, el trabajador social tiene el deber de redundar su labor hacia la sociedad en la que está inserto, razón por la cual desde el ámbito académico  se considera necesario asumir la responsabilidad de formar personas competentes para el ejercicio profesional, de manera que adquieran conocimientos y obtengan destrezas encauzadas a la acción.
Todos estos fenómenos y cambios sociales hacen que el trabajador social tenga mayor exigencia a la hora  de  ejercer su  praxis  profesional no obstante el trabajador social está preparado para orientar y ayudar  a las personas en lo individual y lo grupal afrontar estos cambios que la sociedad suele pasar 
El  trabajo social hace una retroalimentación de los desafíos  y retos que ha tenido la globalización y la industrialización en los contextos sociales. El comportamientos de los individuos se ha visto alterado después de todos estos cambios sociales, por lo siguiente el documento ética y trabajo social hace referencia al trabajo social que tiene cierto compromiso  como profesión se garante de los derechos fundamentales de las personas y de prestar su servicio de quien lo requiera , la tesis del documento resalta la falta de compromiso de los estados en el descuido en el sector educación donde se debe hacer una exaltación de los principios valores en la personas en su educación inicial

Por otra parte Los  trabajadores  sociales  tiene  su manual de  funcionamiento que su código  deontológico  del trabajo social  que   debe cumplirse cabalmente  al pie de la letra   y es bajo  juramento  cumplirlo 

El código  deontológico del trabajo social se fundamenta en   la conducta o comportamiento mínimo que toda persona debe observar dentro de un grupo organizado. Dentro de este contexto entendemos por Ética: a todo aquello que orienta las acciones y normas de conducta honesta, digna y de respeto; es el modo de SER, propiciando relaciones apropiadas y correctas para el desempeño personal; y por Deontología: a aquella rama principal de la Ética que agrupa de manera ordenada derechos, deberes y obligaciones morales. Es el modo de HACER o de proceder adecuadamente.

Atendiendo a las consideraciones y definiciones expuestas, el Código de Ética y Deontología constituye un conjunto de normas honorables, honestas y dignas que rige la conducta y disciplina, y que regula y supervigila el ejercicio profesional, el cual sirve para orientar y asegurar un desempeño profesional eficiente y de calidad. El Código de Ética y Deontología de los colegios profesionales se fundamenta en ideales normativos para regular conductas que procuren alcanzar excelsos profesionales, a fin de garantizar un correcto comportamiento en toda intervención profesional.

Por otra  parte el documento hace un llamado a todas las profesiones de las ciencias sociales a tener en cuenta la ética profesional y principios morales  con todos sus  usuarios  sin  exclusión alguna.  



Por: Ballesteros, Caicedo, Gelvez, Lizcano.

DESAFÍOS DEL TRABAJO SOCIAL


DESAFÍOS DEL TRABAJO SOCIAL

El presente escrito se basa en hacer una reflexión de la Ética en el Trabajo Social    como profesión, puesto que esta se enfrenta a nuevos retos para la práctica de los profesionales debido que hay diferentes problemáticas que deben asumir de forma responsable, objetiva y propia de Trabajo Social ya que todos los campos de intervención no son iguales en su proceso de desarrollo y cada cual marca una dinámica diferente por lo que tan esencial el rol del profesional en las comunidades e individuos. La racionalidad e intencionalidad de la praxis, es fundamental porque es necesario reconocer que el recurso de trabajo es el ser humano, el cual piensa, interactúa y es sujeto de derecho.
A medida que el Trabajo Social se fue formando como disciplina este iba enmarcando su quehacer en  una serie particular de necesidades sociales que se conocían y se vivían en ese momento en las esferas de la sociedad. Tradicionalmente esta profesión se concibió abordando estas necesidades de forma inmediata sin atacar causas, solo disminuyendo o eliminando algunas consecuencias desencadenantes de las desigualdades sociales y económicas de la época. Por lo tanto este primer abordaje de situaciones fue quedando pequeño para los rápidos cambios que la sociedad enfrentaba y las nuevas problemáticas que este traía consigo.
Todos los cambios sufridos en la sociedad han exigido tanto de la profesión que esta ha tenido que ampliar su visión sobre las nuevas problemáticas y fenómenos globales que cada vez más emergen de la dinámica propia de la sociedad para así poder tener una adecuada comprensión de la realidad y del nuevo rol que la sociedad nos exige. De hecho han sido todos estos cambios los que han impulsado el desarrollo de la profesión puesto que por esta se ha construido y reconstruido el propio conocimiento del Trabajo Social radicado en las experiencias de campo en contacto real y directo.
Por otro lado, así como el Trabajo Social se enfrenta a los nuevos retos de la sociedad también este se adhiere a una ética de la profesión que brinda en la práctica algunas orientaciones o principios para garantizar la calidad de los servicios al igual que el código deontológico de la profesión el cual es un manual que fundamenta en ideales normativos para regular conductas y garantizar un correcto comportamiento en todos los procesos de intervención.
Para que esta profesión siga avanzando debe estar al margen de los problemas de emergen a diario en la sociedad pero de igual forma a los nuevos problemas que emergen de la misma profesión, los cuales son los principales y mayores desafíos que tiene el trabajo social. Para que la profesión pueda seguir avanzando y dando respuestas a situaciones externas primero debe enfrentar sus situaciones internas a lo que respecta la construcción de una identidad fuerte y compacta de la profesión la cual se haga propia y marque de forma total el campo propio del trabajo social. Si como profesión se requiere enfrentar los desafíos de las nuevas generaciones porque no hacerlo con una identidad fuerte y definida ante el mundo y ante otras disciplinas.
Además de ser y tener una identidad definida otro gran desafío es ser un excelente profesional, hacer las cosas de la mejor manera, donde su integridad sea coherente con lo que dice y hace. Profesionales que cumplan con sus compromisos desde una perspectiva intencional, y no obligada por su remuneración, violando sus principios morales y éticos. Profesionales éticos y apasionados por servir al otro respetando las diferencias y con capacidad de reconocer al otro con el valor y dignidad humana que posee.
Como conclusión se puede inferir que el tema de los desafíos en más amplio de lo que parce, ya que en la esfera de lo social siempre se está en constante movimiento y así mismo se mueven las masas y con ellas todo tipo de situaciones o problemáticas que de allí puedan surgir de estos movimientos. A pesar de todo lo que pueda suceder en la sociedad y de los desafíos que emergen en ella es clave que la profesión sigue orientada y comprometida con códigos deontológicos para asumir el deber y las normas de forma ética, es decir; reflexione sobre el trabajo desempeñado, en su toma de decisiones, en la realización de sus metas como sujeto, puesto que el profesional también es persona y busca su autorrealización.

Es importante reconocer y tener en cuenta los principios de cada profesional, dado que cada persona es única, tiene creencias distintas, la edad, su forma de relacionarse, origen, conocimientos y habilidades son intimas de cada individuo en donde esto puede influir de manera positiva o negativa en la sociedad, en cuanto la realización de su trabajo, el profesional tiene la responsabilidad de                                orientar y tener espíritu de servicio hacia el otro.
También como profesión de las ciencias sociales se es necesario concebir los propios desafíos de la profesión, sí; esos temas que aún no se les da una respuesta, apoderarnos de lo nuestro y general una cultura de mejora en los procesos de intervención para comprensión de nuestro entorno y de nuestro que hacer social contribuyendo así la construcción de una identidad más activa que permita sostener una postura ética frente al mundo de hoy.

Por: Ballesteros, Caicedo, Gelvez, Lizcano.




Fábula. Ballesteros y equipo.

LAS DUQUESAS DEL PUEBLO

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Esto que les contamos sucedió en un lugar tan lejano y hace tanto tiempo que ya casi ni nos acordamos, íbamos caminando por algún sendero de un pequeño pueblo ubicado a orillas del Rio Lamakay cuando ya iba cayendo la tarde, todo parecía muy tranquilo, las aves buscaban su madriguera para descansar y algunos pescadores lanzaban sus redes para atrapar peces, se sentía una fuerte brisa acompañada de muchas hojas secas que caían de los árboles, en conclusión parecía una tarde normal. Llegamos a la plazoleta central del pueblo y mientras comíamos un frapé de mango biche con sal, limón y pimienta empezamos escuchar muchos rumores dentro y fuera de la plazoleta, fue algo curioso ya que todos hacían el mismo comentario.
Nos quedamos allí para poder entender que era lo que estaba sucediendo en ese momento para que todos los que se encontraban en ese lugar estuvieran tan inquietos. Al fin pudimos saber cuál era el motivo de tantos rumores, en efecto se trataba de una señora muy elegante por cierto, de cabello largo ojos azules y de piel morena, la cual respondía al nombre de Ética. Todos hablaban de ella porque le encanta estudiar la moral, porque sus características son más universales y su realidad es más amplia y compleja, esta señora le ayuda a sus vecinos a reflexionar y a pensar sobre lo que quieren hacer y sobre donde quieren llegar, muchos la tratan de chismosa porque está en todos los procesos de los que habitan en el pueblo y tiene una forma de ser es muy social.
Doña Ética tiene muchos principios y valores muy influyentes que hace que cada vez, más personas se comporten de una manera muy particular, así como ella, que es muy objetiva e intencional en todo lo que hace, porque le gusta pensar mucho y razonar de su vida.

Cuando conocimos a doña Ética fue muy amable con nosotros, ella es muy especial, nos invitó a un café y tuvimos una pequeña tertulia donde nos compartió un poco de sus saberes, allí nos habló de su amiga llamada moral con la que le encanta estudiar. Nos contaba que ella y moral son muy diferentes a pesar de que tienen una gran relación, moral suele vivir una vida muy práctica y todo el tiempo está tomando decisiones y a pesar de que vive muy afanada es capaz de aprender y desarrollarse en cada lugar, cultura o sociedad. Moral donde quiera que vaya va haciendo amigos, muchos amigos por lo que aprende a hablar muchos idiomas. Sin darnos cuenta se nos pasó el tiempo y doña ética quiso terminar diciéndonos una confidencia que afirmaba que ella era mayor, mucho mayor que su amiga moral, nos quedamos muy sorprendidos por que esta parece muy joven. Como tuvimos que irnos solo agregamos un comentario sobre ella diciéndole lo siguiente: en realidad mucha gente de este pueblo habla de usted, pero  realmente nadie la conoce, y más bien creemos  que la están confundiendo con otra persona. Ellos estaban enredados por el afán de saber quién era Ética y quien era Moral por que visten muy parecido y son semejantes en contextura y color de piel. Por ello es necesario conocer muy bien a doña Ética para no confundirla con su íntima amiga la moral.

Por: Ballesteros, Caicedo, Gelvez, Lizcano 







Vídeo interactivo Carácter histórico de la moral.



Elaborado por: Kerin Johana Romero Peña - Aida Cecilia Vergara Amaya
                         Ana Maria Rodriguez Barrera - Sharon Dayana Morales Meneses
                         Pamela Andrea Hernandez Martinez.

Reflexionar = Construcción de la ética.


Un escrito con base en los dilemas éticos de los profesionales en Trabajo Social

Desde el instante de inicio al ciclo profesional puede ser catalogado como un momento determinante a nivel personal, de este no se tiene certeza total sobre los retos que se aproximan. Durante algunos años hubo una formación que implico la adquisición de conocimientos teóricos y experiencias narradas por formadores que desde su vivencia hacen un acercamiento a lo que representa, y así obtener un panorama un poco mas real de la etapa que pronto va llegando. Desde estas experiencias previas se iba formando una perspectiva en relación con el momento determinante que se debe afrontar de manera inevitable.

Es importante destacar el rol del trabajador social frente a los distintos retos a los cuales se enfrenta día a día, uno de ellos son los dilemas, entendiéndolo como una situación problemática en la que se presenta un conflicto de valores, ya que el problema moral que expone tiene varias soluciones que entran en disputa unas con otras. Este tipo de conflictos exigen o más bien nos obligan a buscar una pronta solución a partir de varias alternativas, que por lo tanto no quiere decir que una de ellas sea la adecuada o aceptable para todos los casos, sin embargo, las circunstancias de la vida nos obligan a adaptarnos y a tener responsabilidad sobre ello.

La realidad afrontada por un profesional en trabajo social no siempre será la deseada o anhelada, existirán innumerables situaciones a las cuales no se les podrá dar respuesta de forma idónea por más que se intente, aquí juega un papel fundamental; qué tan profesional puede llegar a ser este sujeto, quien ha dejado de lado sus prejuicios, para dar frente a un problema que lo ha puesto en una situación algo incomoda o de difícil solución.  Acerca de las decisiones a tomar, está la posibilidad del profesional que no posee el suficiente criterio para decidir como proceder, y cae en el error de dar respuesta de forma rápida sin medir las consecuencias.

Esto sucede por los vacíos creados durante la formación académica, dando cabida a que se formen dudas y al momento de enfrentar el problema no se cuente con las herramientas necesarias para abordarlo. A partir de esas falencias se puede evidenciar como hay profesionales desde las diferentes ramas que hacen a un lado los principios y criterios de la formación, a los que quizá no les importara actuar de forma inapropiada, sin medir las consecuencias de sus acciones.

El trabajo social es una disciplina en la que el profesional se ve involucrado desde distintas áreas o campos de acción, esto implica que en su quehacer se enfrente a distintos retos y dilemas éticos.  Un ejemplo claro que se puede abordar desde el área organizacional es el siguiente: Una profesional de Trabajo Social que desempeña su labor en una empresa de hidrocarburos, se le presenta una circunstancia en la que debe dirigirse a la comunidad rural aledaña para darles a conocer sobre un nuevo proyecto que se está llevando a cabo, este consiste en la perforación de pozos y dicho proyecto tendrá como consecuencia la afectación de  uno de los servicios públicos del cual se beneficia gran parte de esta comunidad. La profesional desde sus tareas asignadas por la empresa, deberá hacerle entender de forma positiva a la comunidad tal situación, sin embargo, es sabido por esta que lo que sucederá no tiene ningún grado de positividad y por el contrario afectará en gran medida las actividades y las dinámicas que cotidianamente llevan a cabo los pobladores. La profesional se encontrará entre cumplir a cabalidad con su tarea como empleada de la empresa o en brindarle a la comunidad las herramientas necesarias para que busquen alternativas de solución encaminadas hacia la conservación del estado óptimo del medio ambiente y sus servicios básicos.

Siempre en las decisiones tomadas por los profesionales existen dos formas y dos caminos hacia los cuales puede dirigirse, uno es el hacer lo correcto y otro es hacer el bien. No en todos los casos lo correcto necesariamente es lo bueno y viceversa. Generalmente los seres humanos asumen el bien desde la percepción propia construida por factores de crianza y experiencias personales, el bien es relativo y depende de muchos aspectos, pero lo correcto no, lo deontológico y lo correcto se encuentran enmarcados en códigos, normas, leyes y estructuras políticas y legales que se encargan de garantizar y velar por el funcionamiento unidireccional de las dinámicas dentro de una sociedad.

Los profesionales en Trabajo Social y de todas las profesiones en general, desde la academia se encuentran expuestos a diferentes tipos de dilemas éticos, sobre todo cuando empiezan a cuestionarse sobre su verdadero rol en el campo de acción, sobre su quehacer y sobre los principios adquiridos antes y durante su carrera. ¿Esta bien pensar como pienso? ¿Pueden interferir mis pensamientos y mis ideales en mis intervenciones profesionales? ¿Lo que soy afectará mi entorno positiva o negativamente? ¿Seré un buen profesional? ¿Tomaré las decisiones correctas? ¿Tomaré buenas decisiones?... Las interrogantes no se hacen esperar, el cuestionarse sobre el devenir propio y de quienes le rodean es natural y necesario para encaminarse hacia la consolidación de una ética con criterio y fundamentación.

Un estudiante de Trabajo Social próximo a pisar el terreno real por sus prácticas académicas obligatorias, se enfrenta a cuestionamientos como los anteriores y a un reto particular de esta situación, y es el que le exige adaptarse a las dinámicas y estrategias establecidas en el campo de acción con el cual decida realizar su ejercicio. Siempre existirá un “hacer de las cosas” al que el profesional deberá adaptarse y poco a poco dependiendo de la apertura de oportunidades podrá ir aportando cambios significativos y positivos de acuerdo a su forma de observación e intervención sobre la realidad.

Las organizaciones e instituciones de índole publica o gubernamental, generalmente se encuentran abiertas a las propuestas que deseen implementar los profesionales o practicantes siempre y cuando estas no “entorpezcan” los procesos establecidos y los intereses personales de quienes utilizan la política como medio para conseguir lo que desean. Es en estos casos en los que más comprometida se ve la ética de los profesionales, cuando su quehacer se ve enfrentado al deseo específico de determinado ente con más poder o con más dominio sobre asuntos particulares.

¿Es deber del profesional cumplir con los requerimientos de dudosa índole de un proceso enmascarado por los intereses políticos, económicos o personales de un ente o individuo? Esta discusión siempre tendrá lugar cuando de ética y el deber ser reflexivo de las cosas se habla, es que no es fácil determinar lo bueno de lo malo como si lo es en el caso de lo correcto y lo incorrecto, pero este enfrentamiento y esta lucha de ideas sobre lo que debería ser y lo que es, siempre hará parte del ser humano en esencia, fue precisamente de allí de donde nacieron las estructuras legales y las normas que hoy día nos hacen cuestionarnos, de ese ejercicio reflexivo es de donde nacen las ideas especificas e idóneas de lo que debe hacerse en cada situación.

Elaborado por: Kerin Johana Romero Peña - Aida Vergara Amaya
Ana Maria Rodriguez Barrera - Sharon Dayana Morales Meneses

Intervención y ética del Trabajo Social


Con base en los artículos “Ética y Trabajo Social” y “Ética y Trabajo Social: Una aproximación a los debates contemporáneos a partir de un estado del arte”

El análisis de la ética y el Trabajo Social como una simbiosis en la que la ejecución de una depende directamente de la reflexión de la otra cobra importancia cuando la realidad sobrepasa cualquier cuestionamiento concerniente al deber ser de las cosas o lo que coloquialmente se le llama “normalidad”. El presente escrito realiza un paseo con base en dos artículos científicos elaborados con el fin de darle claridad al origen de esta simbiosis, proporcionando relevancia a los planteamientos de autores como Malagón y Salcedo entre otros. Otro momento del texto le otorga importancia a la perspectiva desde la cual se evalúa el quehacer profesional partiendo de determinados momentos críticos de la sociedad, para finalmente concluir con una reflexión propia de estudiantes de séptimo semestre de Trabajo Social.

Históricamente la humanidad se ha visto determinada ante acontecimientos que han hecho cuestionarse acerca de lo que debe creerse como bueno o malo, todo esto empieza con una serie de hitos por los que la humanidad ha tenido que atravesar para formar una conciencia frente a sucesos que no quieren volver a revivir y es que a muchos les costó la vida conocer las injusticias que puede causar la indiferencia por la vida del otro, el no sentir remordimiento por el daño que se pueda causar. Hechos determinantes crearon en las personas más jóvenes esa necesidad de tildar tales aberraciones como ajenas a su experiencia.

Queda un gran vacío frente a los sucesos del pasado y a los que se repiten hoy en día, y es que, aunque se vivió de cerca el sufrimiento, la misma sociedad se encarga de propagar nuevamente estos hechos. Con el pasar de las décadas se empieza a pensar la sociedad desde una perspectiva distinta, en donde se fundamenta en valores que van de la mano con la democracia y la libertad, haciendo a un lado la realidad que el ser humano por naturaleza siempre encontrará los medios necesarios para satisfacerse a sí mismo esto se observa porque se tiende a omitir la importancia tan fundamental que debería ejercer la educación sobre las personas. Si se reconoce que a través de la educación es el medio para formar una sociedad con valores entonces esta llegaría a ser el eje central en que se fundamenta la razón de ser de una sociedad.   
 
Cómo se sigue avanzando en la historia es inevitable que haya cambios constantemente, cuando se habla de la globalización se crea un espacio a considerar que la ciudadanía tiene derecho a participar y a ser autónoma en la toma de decisiones respecto a lo que cree como correcto. Aunque se ve afectada la realidad por los actos inescrupulosos de la corrupción, esa que tanto daño genera a quienes más necesitan que exista una equidad e igualdad. Surge un nuevo momento esperanzador al que podemos llamar como conciencia de los seres humanos, donde se crea una balanza entre el ser social y el ser individual, lo que netamente determina que todo ser individual debe pasar al colectivo, y es que se puede considerar que “Lo que le pasa al individuo le pasa al colectivo”. (Pais, 2010)
Esto permite que la sociedad sea entendida como un sistema que depende y necesita de todos, donde si una parte no desempeña su labor, automáticamente todo el sistema falla, y es que “la ética nos vincula como un todo indiviso en lo sociocultural y valórico”. (Pais, 2010)      
                 
Como seres humanos a veces se lleva la vida en una dicotomía a la hora de actuar, no saber si lo que está haciendo favorecerá o no a las demás personas que lo rodean, vivir con el que se puede hacer o no se puede hacer en la sociedad hace que se viva en una constante controversia de la vida. Se vive sin saber en  realidad si es por sí solos o por lo que impone la sociedad, lo que lleva al replanteamiento como personal, social y profesional sobre el qué se debe hacer en una circunstancia poco favorable, como se puede actuar, tomar decisiones, etc, sin lastimar a nadie, si esto se lleva a lo largo de la vida personal como puede lograr un profesional entrar a la vida de una persona sin generar ninguna consecuencia.

La ética siempre se verá impregnada  en la vida del profesional  en su intervención social, si nos centramos en la ética del profesional de trabajo social, es aún más  relevante tener la ética  en su quehacer profesional hace gran parte de la mediación que realiza el trabajador social en la vida del usuario y como hacer prevalecer la vida digna de esa persona, como compone desde la empatía, comunicación  cada parte sin ver  afectado la autonomía, las decisiones y sin imponer un juicio al usuario, sin caer en el juego de “arreglarle” la vida a la persona desde el punto de vista y un solo único conocimiento desde lo profesional.

Por otro lado se puede decir que el Trabajo Social en esencia es una profesión ética, Malagón la describe como una fundamentación ética que busca cambiar lo malo desde las prácticas morales (Piñeros, 2008), lo que convierte irremediablemente al Trabajo Social en el responsable de que la sociedad funcione “bien” y cumpla con los parámetros de lo moralmente correcto, sin embargo debe tenerse en cuenta que la profesión si bien tuvo origen en la filantropía y en el sentir humanista en medio de la crisis y la pérdida de las costumbres que conforman una vida digna, actualmente es abierta a la consideración de aspectos como la economía, la política, el medio ambiente y la cultura que integrados generan un concepto más amplio y relativo de lo que es la sociedad. Por ende, el ejercicio de la ética como esencia misma de la profesión necesita ser reflexivo y necesita contemplar cada uno de los aspectos que conforman las dinámicas del mundo.

Sin embargo, desde un punto de vista más realista, la ética y el quehacer del Trabajo Social pueden ser vistos como dos cuerpos ajenos el uno del otro, un ejemplo claro de ello son las intervenciones realizadas con base en los intereses particulares de las instituciones o el Estado directo, encargados de velar por el beneficio de la comunidad. Proyectos de índole doble moralista que, en lugar de generar transformaciones encaminadas a la productividad y el bien de la sociedad, dejan como resultado comunidades y grupos confundidos o con las manos llenas de ayudas efímeras que terminan convirtiéndose en parte del problema. Por lo anterior es de suma importancia ver la ética como un todo reflexivo que guía al Trabajador Social no solo en su quehacer sino en su construcción como ser humano.

En conclusión, la ética como la profesión son objetos reflexivos en constante evolución gracias a que dependen directa en indirectamente de los cambios y transformaciones sufridas por la sociedad. Los hitos marcados en la historia han hecho de las practicas morales un conjunto de acciones dirigidas hacia el deber ser de las cosas que a gran escala se convierte en la ética que como lo decía Malagón, es inherente a la profesión.
Hay que tener en cuenta que la intervención social conlleva una intencionalidad ya sea por parte del profesional o el proyecto o programa a ejecutar, y esa intencionalidad es la que define si el ejercicio es ético o no lo es, por ello el quehacer del profesional encargado debe incorporar en sus principios los valores pertinentes y necesarios para realizar un ejercicio real, integral y con verdaderas intenciones de beneficiar al otro.

Sin embargo, no se puede tapar el sol con un dedo, la intencionalidad no siempre deja entrever a simple vista los verdaderos intereses de determinada intervención y el profesional puede verse enfrentado a verdaderos dilemas morales que no le permitirán avanzar ante situaciones en la que se exponga negativamente a la comunidad. La simbiosis entre Ética y Trabajo Social como con cualquier otra profesión se encuentra expuesta a practicas de reflexión inmoral, pero es tarea del profesional seguir el camino correcto, a la final la ética es un ejercicio de introspección.

Referencias:
Pais, J. F. (2010). Ética y Trabajo Social. Pacífico - Trabajo Social, 46.
Piñeros, L. L. (2008). Ética y Trabajo Social: Una aproximación a los debates contemporáneos a partir de un estado del arte. PALOBRA palabra que obra, 223.

Elaborado por: Kerin Johana Romero Peña - Aida Vergara Amaya
Ana Maria Rodriguez Barrera - Sharon Dayana Morales Meneses

Ética y moral


Ética: La autora Adela cortina, menciona en el vídeo que la ética sirve para preguntarse no solo
por lo que biológicamente creemos nos beneficie, sino por las consecuencias a largo plazo que
tendrán nuestros actos. Toda decisión que se tome debe ser cuestionada y analizada a gran escala,
teniendo en cuenta la dirección correcta de las cosas para generar un mayor beneficio.

Moral: Tiene dos fuentes fundamentales, el hombre y la cultura o los antecedentes. Desde el
hombre, la moral es contemplada como una estructura inherente e irremediable que se pone en
práctica desde el primer momento en que se toman decisiones con el raciocinio y la concepción de
lo moralmente correcto, para no afectar el entorno. Desde la cultura y los antecedentes, la moral es
un constructo compuesto por las tradiciones, la filosofía, la religión, la literatura y las normas del
lugar o contexto en el que se vive. Es una toma de decisiones constante y cotidiana en busca de lo
esencialmente correcto.

Decisión: Toma consciente de un camino a seguir según las necesidades y el constructo moral
individual. Cada decisión trae consigo una consecuencia que tarde o temprano genera una
predisposición a propender constantemente a caer en lo mismo, si se decide actuar de forma
benévola de manera seguida, la predisposición del hombre siempre será benévola, pero si por el
contrario se practican decisiones erróneas, el hombre siempre va a estar predispuesto a errar. La
moral es una cuestión de práctica constante.

Virtud: La predisposición tiene como producto esencial las virtudes que se forjan a partir de la
toma de decisiones convirtiéndose en características que identifican al hombre de otros. La virtud
poco reconocida como una cualidad, se convierte en un insulto para quienes no la conciben
natural, por el contrario se han naturalizado encontrar los defectos en el otro y resaltarlos; ello
tiene como consecuencia que el hombre se encuentre en un círculo vicioso constante entre las
decisiones, la predisposición y las virtudes o cualidades no reconocidas.

Carácter: El carácter se forja individualmente por el temperamento y las determinaciones que se
toman frente a determinadas situaciones a lo largo de la vida, un ejemplo claro de esto es el tomar
decisiones de trascendencia para la vida como el encontrarse desempleado y seguir buscando un
trabajo u optar por delinquir o hurtar para sobrevivir, la manera en que se afronten las situaciones
trascendentales de la vida, determinará irremediablemente el carácter del hombre. El carácter es
fruto y constructo de las decisiones, la predisposición y las virtudes.

Nepotismo: Viene de Cornelio Nepote, quien buscaba beneficiar constantemente a sus familiares
con riquezas y ventajas sin importarle lo que sucediera por fuera de su núcleo, esto se puede
evidenciar en la actualidad al analizar el comportamiento de las familias políticas más adineradas
de un país como Colombia, por ejemplo, el atornillamiento político, cuando un cargo político se
delega en orden a las necesidades genealógicas de quien lo abandona.

Reciprocidad: La autora Adela Cortina menciona que el ser humano está dispuesto a dar siempre y
cuando tenga la expectativa de recibir, indica que el hombre es un ser reciprocador. Generalmente
cuando el ser humano no tiene nada que ofrecer, involuntariamente es excluido, gracias a que
siempre al actuar se espera un acto de compensación. Esta reciprocidad funciona especialmente
cuando hay de por medio una convicción de remuneración no inmediata ni especifica de la persona
a la que se le hace bien, sino más bien a largo plazo incluso desde fuentes divinas.

Justicia: No basta con contribuir o cooperar para el beneficio de los demás con una intención de
remuneración futura, debe actuarse en busca de la justicia, del bien común, de lo correcto a nivel
general, debe actuarse pensando en un aporte de relevancia presente y futura.

Libertad: Esta concepción nace del entendimiento racional del hombre sobre lo que es
esencialmente bueno y necesario para existir sobre la tierra sin distinción de raza, cultura, sexo,
edad, etc. La libertad del ser humano nace desde su propio pensamiento y lo hace actuar conforme
a esta en determinadas situaciones. Se puede hablar de libertad de expresión, de acción, de
pensamiento, libertad artística, educativa, libertad de toma de decisiones.

Responsabilidad: La autora en el vídeo, planteaba que los adultos tienen una responsabilidad y
compromiso frente a las generaciones venideras, gracias a que la moral se forja y se construye no
solo biológica sino cultural y socialmente, la responsabilidad nace de la premisa de actuar
conforme a lo que se piensa y se dice, asumiendo compromisos encaminados a la construcción,
crecimiento y desarrollo de la ética.
La responsabilidad más que encaminarse hacia lo que se dice o plantea como correcto, se
encamina hacia la aplicación de acciones constantes y repetitivas sobre lo que se debe hacer.

Derechos: Surgen de la concepción natural del hombre sobre lo que debería ser justo para todos, la
esencia misma de vivir le exige al hombre mantener unas condiciones básicas, la moral respalda
los derechos y los derechos respaldan la moral, construyendo una ética universal que enmarca los
parámetros bajo los cuales debe actuar y proceder un estado o sociedad.

Normas: Se crean a partir de la concepción de lo correcto y necesario, cumplen con tener en
cuenta los derechos y los encaminan hacia un deber constante de los seres humanos entre sí,
enmarca el contexto y garantiza el buen funcionamiento de las dinámicas sociales, tiene un lazo
estrecho con la responsabilidad y con las decisiones individuales, lo que al final de cuentas la
convierte en un objeto propenso a ser cumplido o no.

Conductas: En el vídeo no se menciona directa, pero si intrínsecamente, ya que, al hacerse
referencia al carácter y la toma de decisiones del ser humano, se engloban dos aspectos
fundamentales de la conducta. La conducta es producto de la psiquis del hombre y va encaminada
hacia lo que se considera como correcto o debido. Existen conductas buenas, conductas aceptables
y conductas desviadas, cada una tiene un impacto diferente sobre el constructo social y ético de la
moral, lo que ocasiona que exista la necesidad de imponer normas y castigos para quien las altere.

Felicidad: La autora menciona con gran relevancia que lo mejor que puede hacer el ser humano es
generarse un carácter que lo lleve más hacia la felicidad que a la desdicha, esto con el fin de
explicar que la conducta del hombre, debe ser encaminada hacia los actos correctos y benévolos,
que promuevan la compasión y la misericordia, sin embargo, al analizar el postulado, queda un
sinsabor si se piensa que solo se debe forjar el carácter encaminado hacia lo bueno, ya que eso
hace que el hombre desconozca el sufrimiento y por lo tanto lo asuma turbulentamente y no como
un aprendizaje que puede llevarlo igual que las experiencias felices hacia la sabiduría moral.
(Vasquez, 1984) (Cortina, 2014)

Referencias:
Vasquez, A. S. (1984). ÉTICA. Barcelona: Grijalbo.
Cortina, A. (23 de abril de 2014). ¿Qué es la ética y para qué sirve? Cortina, A. ¿Qué es y para qué sirve la Ética? Barcelona, España, España: Paidós.

Elaborado por: Kerin Johana Romero Peña - Aida Vergara Amaya
Ana Maria Rodriguez Barrera - Sharon Dayana Morales Meneses

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